domingo, 22 de abril de 2012

Ellos tienen relojes pero el tiempo es nuestro.


Demasiadas cosas que salen mal con demasiada frecuencia, esa es nuestra realidad a día de hoy. Sin besos a medio dar en una estación fantasma, camas deshechas ni sonrisas fugaces. El hielo se derrite pero los corazones siguen recubiertos de escarcha. Mirar al pasado y ver tiempos mejores, tan buenos que parece que no éramos nosotros, tiempos fáciles, bailar hasta que el cuerpo aguantara y sobrevivir a base de caricias en un rincón cualquiera de esta ciudad. Palabras de amor que ya no suenan igual al posarse sobre tus labios, no saben a verdad en cada beso que cae sobre mi boca. Al final sólo nos arrepentiremos de los riesgos que no tomemos, de los besos que no demos y del tiempo que perdamos. ¿Te acuerdas cuanto juraste al caminar sobre la arena que éramos eternos? Pues bien, lo éramos, lo éramos y nunca hemos dejado de serlo, el dolor nos ha cambiado pero nunca ha consumido nuestras ganas de vivir, ni de querernos. Si algo he aprendido de ti es a vivir, vivir como si no hubiese mañana,a arriesgar como si perder no fuera una opción y a quererte como si hubiera nacido para ello. Destino, casualidad o pura locura, llámalo como quieras yo lo seguiré llamando con tu nombre.



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