lunes, 11 de junio de 2012

Los puentes se han quemado a lo largo del camino


Ella creció entre trenes y carreteras, poetas de una noche y cartas de despedida, sin pertenecer a ningún lugar y perteneciendo a todos, olvidando lo que podía haber sido y recordando que había estado envuelta en sus besos. Él le enseño en una noche cualquiera que ni todos los mordiscos duelen ni los mejores besos se dan en la boca, ella le hizo dueño de cada una de sus sonrisas y decidió regalarle sus mejores bocados. ¿Suena como un cuento de hadas verdad? Pues no es así, es un amor que duele, quema la piel y arde en los labios. Un incendio devastador que arrasa con todo a su paso, que no conoce límites. Llamaradas de pasión. Chispas de deseo. Quizás este infierno sea en realidad un paraíso. Un amor incandescente, un corazón de madera y tú la chispa que lo hacearder. Ella tenía miedo de que todo aquel amor acabara convertido en cenizas, apagado, consumido, pero junto a él decidió empezar a disfrutar del calor de un amor que arde y que ninguna lluvia podrá apagar jamás.

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