viernes, 29 de junio de 2012

Fucking perfect to me


Una palabras escapando por el hueco que se formaba en aquellos labios al besar. Pronunciadas de esa forma. Interpretadas de esa manera. Parecían fugitivas, como si huyeran de aquel rojo de labios capaz de silenciarlas, de apagarlas y fundirlas en un beso. Eran palabras sinceras, de esas que se dicen sin pensar, sin rumbo, volaban libres por toda la habitación, buscando un lugar donde posarse, creando pequeñas brisas que se perdían entre los mechones dorados, se enredaban y acababan descendiendo por su cuerpo. Pero ni siquiera sus palabras eran capaces de llenar los silencios causados por echar demasiado de menos aquella sensación de lo que tuvo alguna vez entre sus brazos.
El eco de esa voz ya no retumbaba en su interior, ni conseguía que las dormidasmariposas de su estómago revolotearan ajetreadas de nuevo; sus promesas, y todas y cada una de sus palabras de amor despertaban dudas en ella, y, a día de hoy, aún con dudas y temor a perder algo que nadie aseguró nunca que le perteneciera, ella sigue encarcelando sus palabras, las guarda para los bostezos de medianoche. Y todas están en este preciso instante guardadas en una pequeña cajita, al fondo de un cajón cualquiera, que abre cada noche para deleitarse con esas agridulces sílabas, que pronunciadas por sus labios, hoy desconocidos, a pesar de la distancia, el dolor y el tiempo conservan aún un ligero regusto a champán.

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