lunes, 11 de junio de 2012

La soledad se vuelve calida y el amor grita tu nombre en silencio.

La juventud nos toma y nos arrastra por las calles vacías, entre risas, besos entrecortados por los latidos acelerados de nuestros corazones. Es bonito aprender a mirarte en un espejo y no ver tu futuro detrás, abrir un cajón y encontrarte allí cada historia, cada canción, cada mirada que compartimos. Seguramente fue por ti, por quién volví a ser esa chica que tararea canciones cada 3 segundos. Y ahora que el humo de un cigarro empaña mi realidad y he atrapado la ficción en mi rojo de labios puedo decirte que el mundo no tiene límites y mi amor por ti tampoco, también puedo asegurarte que la distancia poco importa, puedo sentirte cerca y que a falta de tus besos los guardo debajo de mi piel, los guardo junto con las ganas de levantarme cada mañana para poder mirarnos a los ojos. Te aseguro que sería capaz de cruzar el océano para poder ver tu sonrisa, aunque solo fuera un segundo. El amor en estado puro es eso y mucho más, es locura, no es un susurro al oído, el amor es un grito a pleno pulmón de esos que te dejan sin voz, pero que al final, a pesar del dolor de garganta sabes que ha merecido la pena gritar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario