martes, 15 de mayo de 2012

Esta vez ha perdido la razón contra el corazón.


Las estrellas de aquel noviembre oscuro resplandecían como las chispas que se caen de un cigarro a punto de consumirse por completo.Los tacones tirados y los labios cortados por el viento que solo sopla a altas horas de la madrugada del más triste de los otoños. Él la ha cambiado, ella le había perdido para siempre entre un Gin tonic y falsas caricias, a pesar de que seguía impregnada de él, se había untado de los mejores perfumes que la fusión de sus cuerpos bajo la luz de luna podía ofrecerle y ahora nadie, absolutamente nadie que conquistara sus sábanas podía acallar ese embriagador perfume de alguien que algún día la amó demasiado. Algún día lejano,incluso un día cualquiera, que volvía cada mes en forma de número 20, un día en el que cada mes ambos fingen como si no se acordaran y aunque traten de ahogar todas las lágrimas, los dos saben que cada mes el otro lo recuerda, quizá con una sonrisa o quizá sin ella.

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