Ahora mismo soy como una cajita de cristal metida en una caja de cartón. Tengo miedo de caerme porque soy muy frágil. Evito cada una de las caídas que me pueda dar porque tengo miedo de romperme. Hago creer a todo el mundo que soy fuerte, y que nada puede conmigo pero no es así, aunque lo niegue una y mil veces sé que cuando estoy sola mi mundo se derrumba, pero cuando aparece alguien me pinto una sonrisa en la cara. Tengo miedo a sentir pero tengo aun más miedo de que me hagan daño, de que jueguen conmigo y con mis sentimientos. Pero con el tiempo me daré cuenta de que a veces es mejor sentir dolor a no sentir absolutamente nada.