-A veces, nos empeñamos en luchar contra deseos imposibles, en querer que todo suceda como queremos, y no somos capaces de aceptar que nosotros no movemos los hilos de la vida, que hay cosas que no dependen de nuestros deseos. No es resignación, es aceptación.
-Hay veces que luchar contra un deseo imposible puede resultar inútil, pero no se pierde nada por intentarlo.
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